Verba volant, scripta manent es una cita latina tomada de un discurso de Caio Titus al Senado Romano, y significa "las palabras vuelan, lo escrito queda". Se resalta con ella la fugacidad de las palabras, que se las lleva el viento, frente a la permanencia de las cosas escritas.

En español se dice: "Lo escrito, escrito está y las palabras se las lleva el viento". Sin embargo, el autor Alberto Manguel, en su obra "Una historia de la lectura", comenta: "La clásica frase scripta manent, verba volant que en nuestro tiempo ha pasado a significar "lo escrito permanece, las palabras se las lleva el aire", antes expresaba precisamente lo contrario; se acuñó en alabanza de la palabra dicha en voz alta, que tiene alas y puede volar, en comparación con la silenciosa palabra sobre la página, que está inmóvil, muerta".


Proyecto Integrado 4º D


4º ESO D (PI)  Programación

"Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas"

                                                                                                                                                                                        José Ortega y Gasset





PRIMER TRIMESTRE: LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS.
     El género periodístico se puede definir en función del papel que juega el narrador o emisor del mensaje en relación con la realidad observada. La noticia pertenece al género periodístico de información por excelencia, y el artículo de opinión es el más abierto a la subjetividad. Para algunos autores, son estrategias comunicativas que se organizan y se hacen reconocibles tanto para el emisor como para el destinatario. Los textos que pertenecen al género periodístico informan a una gran cantidad de lectores sobre sucesos de actualidad. Predominan, en ellos, la función referencial o informativa del lenguaje y el estilo formal. En este tipo de texto se privilegia el hecho. El periodismo es un método de interpretación de la realidad; para hacer esta interpretación y transmitirla al público se necesitan una serie de filtros, unas fórmulas de redacción, que es lo que llamamos géneros periodísticos.
     Algunos teóricos de la comunicación definen los géneros periodísticos como formas de comunicación culturalmente establecidas y reconocidas en una sociedad, un sistema de reglas a las cuales se hace referencia para realizar los procesos comunicativos. Otros autores ven los géneros periodísticos como categorías básicas que construyen la realidad. Los géneros periodísticos se diferencian entre sí con el fin de recoger la complejidad de lo que pasa y exponerlo a los lectores.

1. Clasificaciones

     Las diversas clasificaciones varían según los diferentes autores y corrientes. Según la tipología anglosajona, basada en la frase "los hechos son sagrados, las ideas libres", se conocen dos tipos de géneros: los que dan a conocer hechos, como la noticia, el reportaje y la crónica (aunque la crónica normalmente mezcla géneros informativos y de opinión), y los que dan a conocer ideas, principalmente el editorial y el artículo de opinión.
     Según las tipologías latinas se distinguen cuatro grandes géneros: información, reportaje, crónica y artículo o comentario.
     Otras clasificaciones distinguen entre
  • Noticia: Es el género periodístico por excelencia y la base de todos los demás, en ella se informa con el menor número de palabras posibles, de lo fundamental de un hecho o situación.
  • Artículo de opinión o Comentario: La presencia del autor es total. El periodista muestra sus opiniones de una manera muy subjetiva, está dando su visión particular sobre un hecho.
  • Crónica: Enmarca lo que ha pasado y lo interpreta, pero directamente sobre los hechos, no hay opinión.
  • Reportaje: Es una narración ampliada, exhaustiva y documentada de un suceso. Se complementa con la fotografía para hacer más comprensible el mensaje. Expone detalladamente descripciones de lugares, sucesos, personas y hechos.
  • Editorial: Es la expresión de la opinión o postura del diario o periódico sobre un tema de interés social. Aparece siempre de manera destacada en las primeras páginas. Se caracteriza por el anonimato, aunque son el director o el consejo los encargados de dar su opinión.

2. Orígenes

     La teoría de los géneros periodísticos tiene su origen en la tradición de los géneros literarios, pero su evolución no depende de la literatura sino de su propia evolución como medio de comunicación de masas. La vieja teoría de los géneros literarios era normativa y prescriptiva, es decir, marcaba unas normas muy rígidas sobre cómo se debía escribir, basándose en la idea de que los géneros eran formas exigidas y predeterminadas por la naturaleza. En cambio, las nuevas teorías de los géneros son descriptivas, de forma que no parten de un número cerrado de géneros ni dictan reglas de escritura a los autores. Los géneros aparecen cuando en un diario se observa la posibilidad de utilizar el lenguaje de diversas formas. Su nacimiento está vinculado a la prensa escrita y después se traslada, casi sin modificaciones, a la radio y televisión. En la prensa escrita, su configuración de los géneros es fruto de la evolución del periodismo:
  • Primera etapa periodismo ideológico: afecta a la prensa de partidos, presente desde la segunda parte del s. XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914). Esta prensa presentaba una fuerte carga ideológica en las informaciones, no solo políticas, sino también ideológicas y predominaba un ánimo doctrinal. Este tipo de prensa influiría en lo que ahora son los artículos de opinión.
  • Segunda etapa periodismo informativo: aparece en el último tercio del s. XIX (alrededor de 1870) como un fenómeno definido y perdura hasta la Segunda Guerra Mundial (1936). Aparece de alguna manera para hacer frente a la prensa sensacionalista.
  • Tercera etapa periodismo de explicación: aparece después de la Segunda Guerra Mundial, donde nos encontramos con un mundo más complejo que necesita una explicación y también debido a la competencia que implicaba la inmediatez de la radio y la televisión. Como consecuencia, surgirían el reportaje y la crónica.
Enlace 1

SEGUNDO TRIMESTRE: EL CINE COMO INSTRUMENTO EDUCATIVO.
1. introducción.
            El cine, empleado como fuente de información, permite adentrarse en el estudio de la sociedad, conocer culturas diferentes a la propia (interculturalidad), formar visiones en torno a acontecimientos pasados, presentes y futuros (nos permite juzgar, ponernos en el papel de los personajes históricos más relevantes y preguntarnos el porqué de sus actos y del devenir del mundo), entrar en contacto con valores, ideas, pensamientos, actitudes, normas…
            Estos y otros aspectos convierten al cine en un recurso más a disposición no sólo del docente, sino también del currículum, a todos los niveles. Experiencias anteriores (Marín y González, 2006) nos han permitido constatar cómo el cine puede actuar como un recurso didáctico y pedagógico al servicio de la enseñanza. Como afirma Méndez (2001: 23), los medios de comunicación, y en particular el cine, actúan como educadores informales, es decir, tras su dimensión lúdica esconden una faceta formativa, y si se poseen las herramientas y los criterios adecuados (formación, actitud crítica, predisposición al aprendizaje…) se pueden concebir desde otras perspectivas más formales y, en consecuencia, con un objetivo educativo.
            Por tanto, el cine puede actuar como instrumento educativo debido a:
            – Su capacidad de formar e informar de forma distendida y lúdica. El estudiante no es consciente de estar siendo educado. Para él, ver cine en clase es una actividad que se escapa de lo habitual, que le sirve para evadirse de sus tareas normales dentro del aula, lo que incrementa su interés y participación.
            – Ayuda a los alumnos a la resolución de conflictos al presentar a la sociedad (casi) como es. Les muestra el mundo y les proporciona un ejemplo de las relaciones que en él se establecen. Podemos hablar, por tanto, de un cine formativo, el cual tendría como finalidad principal, la mejora de los conocimientos de los telespectadores (Vega, 2002: 123-129).
            Como señala Martínez-Salanova (2002:78), su utilización en el aula puede ser de dos maneras:
            – Como instrumento técnico de trabajo, es decir, que sirva como elemento o punto de partida para conocer diversos modos de acceder a la sociedad y describir la realidad.
            – Y como sustento conceptual, ideológico y cultural, base necesaria para que los alumnos vayan configurando su personalidad.
            Tampoco debemos olvidar las dos posibilidades de tipo psicosocial de las cuales nos hablan Loscertales y Núñez (2001: 24-25):
            a) “Espejo de la sociedad en la cual se produce, desarrollando los diferentes estereotipos más habituales”. El cine no es más que la representación de lo que ocurre, ha ocurrido u ocurrirá en el mundo; se convierte así en un fiel reflejo de la sociedad, con sus tópicos, costumbres y tradiciones.
            b) “Generador de modelos (buenos y malos), tanto referidos a valores e ideologías, como a las pautas actitudinales”, muy importantes para el ámbito escolar, pues es imprescindible dotar a los alumnos de un sentido crítico a la par que selectivo, para que puedan desarrollar su pensamiento propio y elegir por sí mismos.
            No debemos olvidar que uno de los principales problemas de la sociedad actual, que afecta directamente a los niños y que se hace patente desde edades muy tempranas, agravándose durante la adolescencia, es la ausencia de determinados valores humanos y sociales que son necesarios para una convivencia pacífica y cuyo fomento es una prioridad en educación, en este mundo cada vez más convulso (crisis económica, revueltas sociales…).
            Esto provoca malestar en los padres, educadores y la sociedad en general, que no sabe cómo afrontar y resolver este problema, y el cine puede resultar un elemento muy válido para transmitir y fomentar la recuperación de ciertos valores dentro del ámbito educativo.
            Es por ello que algunos organismos nacionales y autonómicos, entre los que se encuentran el Ministerio de Educación ,el Gobierno de Cantabria, la Comunidad de Castilla-La Mancha, la Junta de  Extremadura o la Junta de Andalucía , están realizando políticas de educación y fomento de los valores en todos los niveles educativos. Ellos, y muchos autores, usan entre otros recursos, el cine para trabajar esos valores.
            El fomento de determinados valores es una prioridad educativa, ya que están presentes en una persona casi desde los inicios de su vida. Primeramente, el niño adquiere valores imitando la forma de actuar de los adultos y, con el tiempo, escogen unos u otros y los van haciendo suyos, influidos en su elección por cuatro agentes:

– Familia.
– Escuela.
– Amistades (grupo de iguales).
– Medios de comunicación de masas.
            Aunque será finalmente él, a través de un razonamiento personal, quien decida qué valores adquieren mayor importancia.
            Existen varias razones para incorporar al currículum una educación para los medios de comunicación en general y el cine en particular, pero destacaremos dos:
            – Alfabetizar al alumnado en el dominio de códigos y lenguajes expresivos de estos medios, es decir, que no sólo conozcan el lenguaje cinematográfico o televisivo, sino que también interpreten y lean entre líneas, vean más allá de la información que reciben, la hagan propia y útil para ellos.
            – Formar ciudadanos que sepan desenvolverse inteligentemente en un contexto social mediático, que no se dejen influir por lo que los medios ofrecen, que desarrollen una actitud crítica frente a la información que reciben.
            En la actualidad debemos hablar de una educación (alfabetización) mediática como instrumento para potenciar una educación en valores que desarrolle una actitud crítica en los alumnos en torno al cine y a la información que reciben a través de los medios, que les permita concebir una escala de valores personal y útil para enfrentarse a la sociedad en el futuro.
            El cine ocupa un lugar relevante en la vida personal y social, por lo que es lógico que preocupe abordar su naturaleza, comprenderlo e interpretarlo. Goza de prestigio como fuente cultural.
            La cultura individual es el sedimento personal de todo cuanto una persona percibe e interioriza en su entorno por medio de aprendizajes formales o no formales. En una sociedad como la actual, conviene tener una cultura audiovisual adecuada. Saber ver cine, que es lo que nos ocupa ahora, lo es, y tener las claves que permiten conocer tanto el significado como el significante en un relato cinematográfico, nos permitirá el acceso a mundos desconocidos de forma más accesible, ya que la imagen siempre es la representación, en general motivada, de una realidad cercana o lejana (Pujals y Romea, 2001: 32).

2. Objetivos de la integración del cine.
            Según Martínez-Salanova (2002: 77-83) los objetivos que se han de perseguir con la integración del cine en el currículum , son:
         – Permitir que el alumnado conozca uno de los lenguajes audiovisuales en los que la interacción de los códigos verbales y no verbales es más rica y eficaz para la transmisión de significados y la construcción de los imaginarios personajes”.
            – Facilitar un medio para el conocimiento y la expresión que beneficia al desarrollo de las capacidades creativas, cognoscitivas, artísticas y expresivas”.
            – “Propiciar un instrumento para la creación a partir de los conocimientos y experiencias propias.
            A esto podría añadirse:
            – Transmitir valores útiles para trabajar la resolución de conflictos.
            – Desarrollar el sentido crítico del alumnado. 
            –Cultivar la sensibilidad y las emociones.
            En definitiva, el cine presenta a la sociedad y a los seres que habitan en ella, interaccionando unos con otros, relacionándose entre sí y protagonizando actividades de la vida cotidiana. Esto es lo que convierte al cine en un recurso didáctico muy interesante, que nos permite estudiar la sociedad y las distintas realidades culturales que la integran (familia, grupo de iguales…).
         ¿Qué se pretende con la introducción del cine en las aulas? ¿Qué beneficios podría aportar al proceso de enseñanza aprendizaje?
        Como en todo acto didáctico, preocupan tanto los procesos como los resultados. Importa, por tanto, que el alumno desarrolle sus capacidades de redacción e investigación; de creación, de análisis y de síntesis. A ello deberían sumarse también conocimientos básicos sobre la realización de la obra, las fases de su proceso y un amplio vocabulario relativo al cine.
            A)    Los objetivos planteados  podrían ser:
    a.  Competencia lingüística:
               – Promover el diálogo entre el alumnado para que pueda expresar sus sentimientos, emociones, vivencias y opiniones de una manera más sencilla y clara, f avoreciendo                      un clima de confianza y cercanía entre ellos, propiciando además el trabajo colaborativo.
                – Utilizar la comunicación como elemento principal para la resolución de sus conflictos diarios.
                – Desarrollar el sentido crítico frente a la realidad que rodea al alumno.
   b.   Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico:
                – Mejorar el conocimiento de los alumnos sobre el mundo y la realidad sociocultural en la que viven.
                – Trabajar el concepto de multiculturalidad conociendo costumbres y tradiciones de otras culturas.
 c.  El tratamiento de la información y la competencia digital:
                – Emplear Internet para la búsqueda de información.
                – Reconocer y utilizar elementos del lenguaje audiovisual: planos, encuadres, secuencias…
  d.  Competencia social y ciudadana:
                – Desarrollar destrezas y habilidades como la sensibilidad cultural y la superación de malentendidos y estereotipos sociales.
                – Reconocer y apropiarse de actitudes y valores tanto propios como del grupo (solidaridad, igualdad, tolerancia, amistad…).
 e.   Competencia cultural y artística:
                – Desarrollar el gusto por el arte (cine, literatura, televisión…).
                – Establecer y conocer las relaciones existentes entre cine y literatura.
            B)    Objetivos referidos a temas transversales:
            La educación primaria (al igual que la secundaria) tiene como principio básico desarrollar las capacidades necesarias para hacer de los alumnos ciudadanos/as íntegros. Podemos hablar, por tanto, de una doble faceta de la educación: por un lado, una parte científica basada en transmitir conocimientos y, por otro, una función moral y ética basada en la recuperación y transferencia de estos valores.
  • Educación para la paz y la interculturalidad:
            – Promulgar la convivencia pacífica basada en la tolerancia frente a las opiniones diferentes y la aceptación de otras razas y culturas (multiculturalidad).
  • Educación para la igualdad de oportunidades:
            – Asumir y aceptar las diferencias entre sexos, razas y culturas.
            – Promover la igualdad de oportunidades y la integración.
  • Educación moral y cívica.
            – Trabajar la integración en la comunidad y el sentimiento de pertenencia a un grupo (convivencia).
            – Solucionar problemas que les afecten tanto a ellos como a quienes les rodean.
  • Educación ambiental:
            – Promover y desarrollar actitudes relacionadas con la conservación y mejora del medio ambiente.
  • Educación en medios de comunicación y educación del consumidor:
            – Desarrollar el sentido crítico frente a lo que vemos, nos ofrecen o consumimos.
            – Ilustrar acerca del poder de los medios de comunicación de masas y la publicidad, así como de los peligros derivados del consumo abusivo e indiscriminado.
            C)    Objetivos referidos al lenguaje cinematográfico:
            No se puede pretender que los alumnos sean unos expertos cinéfilos, que conozcan todo el entramado que gira en torno al séptimo arte, pero sí que aprendan algo acerca de su funcionamiento y tengan algunas nociones sobre sus usos y lenguaje:
            – Reconocer los roles típicos del cine (personajes tipo o clásicos): el protagonista o héroe, el antagonista o villano, el viejo sabio, el príncipe azul, la princesa, la dama en apuros, el bufón o gracioso…
            – Percibir el tiempo cinematográfico, conocer las secuencias, el flash-back
            – Controlar y conocer los diferentes movimientos de cámara: travelling, barridos, cámara subjetiva…
            – Ser capaces de diferenciar entre voz en off, sonido ambiente, grabación de estudio y doblaje, entre otras.
            – Percibir y ser partícipes del lenguaje musical, los tipos de música y la instrumentación como elemento integrante del propio lenguaje cinematográfico (bandas sonoras).
3. Propuestas cinematográficas.
    -  Cadena de favores.
    -  Mi vida sin mí.
    -  Precious.
    -  Los chicos del coro.
    - El discurso del rey.
    - En busca de la felicidad.
    - Cobardes.
    - Te doy mis ojos.
    - Sólo mía.
    - El club de los poetas muertos.
    - El color púrpura.
    - El piano.
    - Cinema Paradiso.
    - El hombre bicentenario.
    - La lista de Schendler.
    - El pianista.
    - La vida es bella.
    - Rain Man.
    - Memorias de una Geisha.
    - Memorias de África.
    - Origen.
    - La vida de Pi.
    - El ilusionista.
    - Ágora.
    - El bosque.
    - El último mohicano.
    - No sin mi hija.
    - Mensaje en una botella.
    - El efecto mariposa.

    Empezamos este trimestre con la proyección de la magnífica película " Cadena de favores", que nos permitirá profundizar en numerosos aspectos, anteriormente, mencionados; para ello y tras la visualización, utilizaremos el material que nos proporciona la Consejería de Cultura, Educación y Deportes de la Generalitat Valenciana ( Enlace 2)

TERCER TRIMESTRE

     Seguiremos utilizando el recurso del cine, como instrumento educativo. Ahora, empezaremos con la visualización de la hermosa película "Mi vida sin mí".


Mi vida sin mí cartel reducido
Mi vida sin mí
(My life without me)
Dirigida por Isabel Coixet
 
                                                                            


          Sinopsis
     Ann tiene 23 años, dos hijas, un marido que pasa más tiempo en paro que trabajando, una madre que odia al mundo, un padre que lleva diez años en la cárcel, un trabajo como limpiadora nocturna en una universidad a la que nunca podrá asistir durante el día... Vive en una caravana en el jardín de su madre, en las afueras de Vancouver. Esta existencia gris cambia completamente tras un reconocimiento médico. Desde ese día, paradójicamente, Ann descubre el placer de vivir, guiada por un impulso vital: elaborar una lista de cosas que quiere hacer antes de morir.
          Premios

2003: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes.
2003: Premios del Cine Europeo: nominada a mejor película y directora.
2003: Dos premios Goya: mejor guión adaptado y canción. Cinco nominaciones.
 
         Por las venas de los adictos al cine corre un líquido rojo y espeso: se llama curiosidad. Como en la vida, el espectador acude a un encuentro, cargado de preguntas, intentando resolver ciertos misterios de la existencia y los sentimientos. "Mi vida sin mí" es una invasión de respuestas. Conmovedora hasta el aliento, hermosísima de principio a fin, la historia de esta joven que exprime la vida ocultando al mundo su destino es un deslumbrante ejercicio de sutileza, un impagable despliegue de emociones sin parangón en el cine reciente.
         Puede que no sea un film perfecto, pero la cámara de Coixet y la actuación de Polley -una de las mejores interpretaciones femeninas que se han visto en mucho tiempo- consiguen una intensidad y un realismo que traspasa el tiempo e inunda el corazón... y tan grabada queda que su recuerdo se hace melancólicamente imprescindible.

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