De un tiempo a esta parte la enseñanza de la lengua y de la literatura, que es lo que aquí nos interesa, se está
centrando en el desarrollo de las competencias lingüísticas. El asunto
resulta, en principio, algo abstruso por toda la retórica que conlleva
la pedagogía moderna. Pero con independencia del fárrago pedagógico,
creemos ver en esta nueva óptica un verdadero interés por una educación lingüística más realista y apegada a la realidad. Esto quiere decir que el profesorado está cada vez más concienciado de la importancia del dominio
de las habilidades básicas (comprensión y expresión tanto oral como
escrita) en detrimento de la hasta ahora omnipresente gramática. Lo
único que falta ahora es adecuar los libros de texto a esta nueva
orientación. Éstos cada vez incluyen más recursos relativos a las variedades y
propiedades textuales, pero todavía no es suficiente; los
recursos digitales, con toda seguridad, podrán ayudar al respecto.
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